sábado, 9 de febrero de 2008

No quiero crecer.


Sabéis llevo mucho tiempo queriendo decir que tengo 15 años pero aún tengo a mi osito de peluche "Paquito" tiene también 15 años y estoy orgullosa de él.

A Paquito le cuento todos mis problemas, mis opiniones, que si Menganito o Zutanito están muy buenos, que si Pepita es una borde... Para que os hagáis una idea si ese osito hablase os podría contar más de mi y mi manera de pensar y actuar que yo misma.
Cuando estoy triste siempre se lo cuento y le lloro y le pido consejo y siempre me dice lo mismo "Abrázame", y siempre funciona.
Paquito a su manera es un icono de mi infancia.
Tiene una quemadura en el pie izquierdo y yo la tengo en la muñeca izquierda, sentado mide unos 40 cm y de pie 53 cm.

El título de la entrada se debe a que yo quiero tener siempre a Paquito conmigo y ser pequeña, (al menos interiormente porque mido 1’675 metros), lo que no quiere decir que no sea madura y responsable. Lo que pasa es que recuerdo cuando Paquito me daba un poquito de miedo, (pero es comprensible era tan grande y marrón) y lo ponía a dormir conmigo para que me protegiera, le cogí mucho cariño, tanto que hasta lo 12 años lo metía en mi cama lo tapaba y le daba un besito de buenas noches.
Ahora se lo dejo a mis hermanitos cuando están malos o lo necesitan, pero para mí Paquito no es un peluche, es mucho más, es como mi mejor amigo.

He decidido dedicarle u artículo porque se lo merece de verdad.
A partir de ahora quizás lo menione un poquito más.

El sentido de este artículo es que pensemos un poquito en cuando eramos pequeños.
Talvez así nos dejen volver a entrar en Nunca Jamás .